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¿Eres Rey?

  • Foto del escritor: Francisco Ontiveros
    Francisco Ontiveros
  • 21 nov 2021
  • 2 Min. de lectura

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Hoy somos invitados para acompañar a Jesús en los momentos finales de su existencia. En los que no pierde la compostura y se sigue manejando de manera verdaderamente sorprendente, por ningún lado se nota que pierda el equilibrio, nunca deja de ser Señor, menos en estos momentos de gran tensión para su vida.


Asistimos a un encuentro cara a cara entre dos personas: Jesús el prisionero y Pilato el procurador, juez y jurado. En este careo, haciendo gala de su poder y mando, como desafiando a los que entregaron a Jesús le pregunta: ¿tú eres el Rey de los judíos?, ¿qué pasaría en la mente de ellos en ese momento?


Jesús contesta con un gran dominio de sí, sin perder la cabeza, como el hombre de la contención, de la paz, de la ternura. Así, Jesús con profunda seriedad le responde: “mi reino no es de este mundo, si fuera de este mundo los míos hubieran luchado para que yo no cayera en manos de los judíos (de mis enemigos). Como si en el diálogo Jesús también dijera: “pero sabes algo, tú que te sientes poderoso, mi reino no es de aquí, no se conforma con esto, pues este es un poder efímero, que, cuando mucho, podrás retenerlo unos años y ya. Se acaba. Mi reino es una aspiración de los dones más excelentes, de lo sublime, que comienza aquí, pero no tiene su patria definitiva en este mundo, por eso, tú, juez que te sientes poderoso eres esclavo del poder que has conquistado. Mi reino no incluye poder, mi reino es de libertad”.


De este modo Jesús deja al descubierto su realeza, su grandeza, su majestad. Yo nací para ser Rey, y mi misión como Rey es ser testigo de la verdad, por esta razón el que oye mi voz, (el que está en la verdad), ese es de los míos. El reino del Señor es de la verdad. No de las formas, ni de las verdades a medias, tampoco de los eufemismos malolientes. Jesús resuena al afirmar: ¡Yo nací para ser el testimonio de la verdad!


Ante esta escena en la vida de Jesús me pregunto, ¿cómo reacciono en los momentos de mayor ansiedad?, ¿para qué he nacido?, ¿cuál es mi misión?, cómo resuena en mi interior aquello de nací para ser testigo de la verdad. Le suplico al Señor, Rey eterno, que me conceda la gracia de escuchar su llamamiento.

1 comentario


Ana Elena Mendoza Cobos
Ana Elena Mendoza Cobos
21 nov 2021

¡Oh Rey Divino!, eres todo misericordia, yo creo que Tú eres el Rey como lo proclamaste.

Señor y Rey nuestro, que eres la verdad por esencia, enséñanos a amar como Tú, danos tu sabiduría divina para guiarnos en la verdad y uniéndome a ti con firme convicción con amor te digo: "Tú eres mi Rey y yo soy tu Princesa".

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